Português


Serendipity

  • the faculty of making fortunate discoveries by accident. (discobertas afortunadas feitas por acaso)


O itinerário no Japão tem mudado bastante, por tres razões básicas: era impossível fazer tanta coisa em 20 dias, temos tido boas surpresas em alguns lugares e simplesmente queremos ficar mais do que estava planejado e estamos cansados e velhos pra ficar correndo de um lugar pro outro.

Ir para Himeji sempre esteve nos planos, mesmo que fosse só para visitar o castelo. Nossa dúvida era se iríamos pra Himeji no meio da ida para Hiroshima ou na volta.

Acabamos indo na ida. Estávamos mortos de sono no shinkansen e, pela primeira vez, nós dois concordamos que estávamos cansados de viajar - sim, viajar cansa, não é brincadeira mas também não estamos reclamando.

Chegando em Himeji, deixamos as mochilas grandes em um locker na estação mesmo e fomos pegar um mapa no centro de informações turísticas. A mocinha, muito simpática, nos indicou o caminho pra chegar até o castelo de ônibus ou a pé. E no final disse: hoje a entrada do castelo é gratis porque estamos com um evento de turismo e se vocês puderem ficar até mais tarde, vai ter um evento de luzes.

A palavra GRÁTIS nos fez acordar, óbvio. O humor e a disposição mudaram radicalmente e saímos caminhando em direção ao castelo, quase saltitantes.

No caminho, tinha uma barraquinha onde estavam oferecendo doces típicos e exclusivos de Himeji para desgustação e um chazinho verde - GRÁTIS! Hesitamos um pouco (somos da roça) mais depois fomos buscar nossos docinhos. O Diego conheceu o recheio de azuki e eu me redimi em relação ao feijão doce, estava delicioso!

Chegamos no castelo, lindo, imponente. Fomos seguindo a rota, muitas coisas estão originais, em um momento tivemos que tirar os sapatos para entrar e subir as escadas originais, onde provavelmente lordes e samurais caminharam e o cartaz convidava a que você se imaginasse voltando no tempo.

Foi bem impressionante estar lá e ver a estrutura toda. Também deu pra perceber que as pessoas eram bem pequenas, pelo tamanho das portas.

Saímos um pouco antes de fechar, o sol já estava se pondo e a luz laranja no castelo deixava um ambiente bem lindo e tranquilo. Ficamos lá sentados fazendo um vídeo time-lapse, mas tivemos que sair antes que escurecesse porque os portões fechavam.

Ao descer, já estava armado o esquema das luzes, mas ainda faltava uma hora pra que começasse. Ficamos lá parados, mortos de frio, pra garantir um bom lugar pra ver o show. Não tínhamos idéia de como ia ser e o único folheto disponível estava em japonês.

Comecou a encher de gente, as 18h00 as luzes comecaram a acender e tinha uma música lenta de fundo. Com as luzes acesas, tiraram as barreiras para as pessoas caminharem pelas luzes. Entre vídeos e fotos, em um momento simplesmente paramos, pra observar, pra sentir aquilo tudo. Pra variar, a Daisy chorou.

Foi por acaso que estávamos ali, as luzes são por um período de tempo e somente alguns dias e a gente nem sabia.

Esse acaso que não para de nos surpreender, o mesmo acaso que mudou nossas vidas em 2012.

Valeu muito a pena essa pequena parada em Himeji, pra recarregar as energias. Justo quando assumimos que estamos cansados, vem algo que nos diz: ei, vocês ainda têm tempo... aproveitem!


Español


Serendipity

  • the faculty of making fortunate discoveries by accident. (hacer un descubrimiento o hallazgo afortunado y valioso por accidente)


El itinerario original por Japón ha cambiado bastante, y por tres simples razones: era imposible hacer tanta cosa en 20 días, hemos tenido buenas sorpresas en algunos lugares, por lo que decidimos quedas más de lo planeado, y por último, estamos cansados y más viejos para andar corriendo de un lugar a otro.


Ir a la ciudad de Himeji siempre estuvo en los planes, aunque sólo fuese para visitar el castillo de pasada y seguir. Nuestra duda duda era si pasábamos a Himeji camino a Hiroshima desde Kyoto, o días después en la vuelta de Hiroshima a Kanazawa.

Terminamos pasando en la ida. Estábamos muertos de sueño en el shinkansen (el tren bala), y por primera vez, los dos estábamos al mismo tiempo con esa sensación de cansancio de viajar. Sí, no es broma, viajar también cansa, pero no estamos reclamando jajaja.


Llegamos a Himeji, dejamos las mochilas grandes en un locker en la estación y fuimos a buscar un mapa al centro de información turística. La niña que nos atendió era muy amable, nos dio las indicaciones para llegar al Castillo caminando o en bus. Y al final nos dice: "hoy la entrada es gratis porque estamos con celebrando un evento de turismo, y si tienen tiempo quédense hasta tarde porque habrá un show de luces". La palabra GRATIS nos hizo despertar, obvio. Y el humor y disposición cambiaron rápidamente, así que salimos caminando en dirección al castillo, casi saltando.


En el camino, había unas carpas montadas por el evento donde estaban ofreciendo dulces típicos exclusivos de la región de Himeji para degustar, junto con un té verde - todo GRATIS! Dudamos un poco (somos medios huasos), pero al final fuimos a buscar nuestros dulces. Diego conoció el relleno de azuki y Daisy se redimió en su relación con los porotos dulces (azuki), estaba delicioso!


Llegamos al castillo, lindo, imponente en la altura. Seguimos la ruta, la mayor parte del castillo es original, y en un momento tuvimos que sacarnos los zapatos para subir unas escaleras donde los Señores del Castillo y los samurais caminaron hace siglos, de hecho hay un cartel que invitaba a imaginarse retroceder en el tiempo caminando por esos pasillos. Fue bien impresionante, ver toda esa estructura. También pudimos darnos cuentas que los grandes Señores de la época y los samurais eran súper chicos! por el tamaño de las puertas por todo el castillo.


Salimos un poco antes de que cerraran, el sol ya se estaba poniendo y la luz anaranjada dejaba al castillo en un ambiente tranquilo y de postal. Nos quedamos por ahí sentados intentado hacer un video de time-lapse para capturar el momento, pero tuvimos que salir antes de oscurecer porque cerraban los portones del castillo.


Al bajar, ya tenían montado todo el set para el show de luces, para aún faltaba una hora para el inicio. Así que nos quedamos parados ahí, muertos de frio, pero bien posicionados en primera fila para ver el show. No teníamos idea de como sería, y el unico panfleto disponible totalmente en japonés. Se empezó a llenar el lugar, y a las 18:00 se prendieron las luces con una música lenta fondo acompañando el espectáculo. A minutos de empezar el show, levantaron las barreras para que las personas caminaran entre medio de las luces con el castillo iluminado de fondo. Entre fotos y videos, en un momento simplemente paramos, para observar y sentir todo eso. Para variar...Daisy lloró (se emocionó).


De casualidad, por accidente, estábamos ahí. Las luces están ahí por una o dos semanas, y el show de luces es sólo unos 3 días en ese periodo, y nosotros no teníamos idea. Esa misma casualidad que no para de sorprendernos, esa casualidad que cambió nuestras vidas en 2012 cuando nos conocimos...por accidente.


Valió totalmente la pena esa parada en Himeji, para recargar las energías. Justo cuando asumimos que ya estábamos cansados de viajar, una señal así llega y nos dice: Hey!! todavía tienen tiempo....aprovechen!